miércoles, 17 de marzo de 2010

el homosexual... 2, Copi

                                                          
Escena II

Garbo, Madre

     Madre
¿Usted aquí?
     Garbo
¿Le sorprende?
     Madre
Es peligroso andar por las estepas de noche.
     Garbo
Tengo una metralleta.
     Madre
Irina está enferma.
     Garbo
Lo sé. Su casa está decorada con muy buen gusto.
     Madre
Tengo un hermano bastante rico en Moscú. Puede que sea una de esas enfermedades que andan dando vueltas por las estepas. Pero ya está un poco mejor. La acosté con una botella de agua caliente en la panza.
     Garbo
Hay que tener cuidado con los virus de las estepas. ¿Las cortinas las trajo de Moscú?
     Madre
Son de Casablanca. Están tejidas a mano.
     Garbo
Divino. No es fácil encontrar colores tan divertidos en una cortina.
     Madre
Exacto.
     Garbo
¿Mi visita le importuna?
     Madre
No.
     Garbo
¿Llamó al doctor Feydeau?
     Madre
Es solo un virus. Ya está mucho mejor.
     Garbo
¿Duerme?
     Madre
A pata suelta.
     Garbo
¿No le molesta si me saco el tapado? Gracias. Es un regalo de alguien que quise mucho. Hace solo dos años que estoy casada con Garbenko. Un oficial revolucionario asignado a Siberia… ¿Qué mujer podría haberse resistido a semejante aventura? Una abandona una carrera artística para entregarse por completo a un amor apasionado… y de golpe se encuentra en Siberia. Admitamos que hay cosas que son deprimentes.
     Madre
No estamos en Siberia por los mismos motivos, madame Garbo.
     Garbo
Supongo que eso no le impide tener una conversación.
     Madre
Podemos hablar tanto como quiera. No son las palabras las que cambian el mundo.
     Garbo
Tiene usted razón. Tuve mucho miedo recién en el trineo. Un lobo atacó a uno de mis perros. Tuve que matarlos a los dos. ¿Podría tomar algo caliente?
     Madre
Tome un poco del mirabel que mi cuñada me mandó de Biarritz.
     Garbo
Gracias. ¡Dios mío!, ¡qué reconfortante! Parece como si me volviera la vida.
     Madre
¿Qué vino a hacer acá?
     Garbo
Espere, no me hable así desde el vamos. Esperemos a que se instale entre nosotros un cierto calor, por decirlo de algún modo, que se rompa el hielo…
¿La puedo llamar Susana?
     Madre
No me llamo Susana. Me llamo madame Simpson.
     Garbo
Disculpe. Su hija me dijo que usted se llamaba Susana.
     Madre
Delira.
     Garbo
Madame Simpson, ¿puedo verla?
     Madre
No. Duerme.
     Garbo
¿Y si le pidiese que me dejara verla dormir?
     Madre
Sé muy bien qué clase de mujer es usted, Madame. Ella no irá nunca más a sus clases de piano. Termine su mirabel y vayasé.
     Garbo
Madame Simpson, yo amo a su hija.
     Madre
No es una chica para usted, madame Garbo.
     Garbo
¿Por qué, madame Simpson? Al menos digamé por qué.
    Madre
Mi hija no es una burguesa, Madame. Arrastramos un pasado denso.
     Garbo
A mí también me operaron en Casablanca, madame Simpson. Tengo sexo de hombre.
     Madre
No puede ser.
     Garbo
Toque.
     Madre
¿Y el oficial Garbenko?
     Garbo
Fui operada a los diecisiete años en contra de mi voluntad.
     Madre
Mi hija y yo cambiamos de sexo por nuestra propia voluntad. Ahora, buenas noches.
     Garbo
Madame Simpson.
     Madre
¿Si, madame Garbo?
     Garbo
Su hija está esperando un hijo mío.
     Madre
La voy a buscar.

(Madre sale. El oficial Garbenko entra.)

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